Después de un día largo... cansador... cae la noche, llego a mi casa, sonrio unos momentos cuando entro a mi habitación, uno de los pocos lugares que siento mio, veo mis muebles y mi cama, cierro los ojos, suspirando me recuesto al lado de mis peluches y veo al más cercano, un felino con cara feroz, me acerco apenas moviendo mi cuerpo y mi cara se posiciona casi encima de su suave pelaje impidiendome verlo claramente... restriego mis ojos con sueño, ¡Era muy pronto para dormir! O quizás no....
Antes de dormir tenía que....
Entonces me levanto rapidamente, veo a una hermosa dama, tan palida como el cristal que era, la tomo suavemente para hacerla bailar y canto una melodia digna de cajita musical, y rio, yo era muy gigante para bailar con aquella dama...
Me recoste nuevamente para dormir y repentinamente, me parecio escuchar la melodia resonando, y antes de sucumbir al sueño,
vi a la pequeña bailarina... mirarme....